Libertad a Hannibal Lecter !
En 1989, Earl Shriner, criminal reincidente, a pesar de haber declarado su intención de cometer nuevos crímenes contra niños sale en libertad y viola y mutila a un niño. A raíz de este incidente se discute en Estados Unidos que hacer con los “predadores sexuales”, una vez que quedan en libertad: enfermos no son, ya que no pueden recuperarse y presos no pueden seguir porque han cumplido la condena. Se buscan alternativas como la creación de centros que no son ni cárceles ni hospitales, con un régimen cerrado pero que tienen un costo altísimo ( entre 177.000 y 390.000 U$S por cada interno). Ahí siguen, entonces, buscando soluciones a un verdadero problema. A mí lo que me sorprende de esta historia, que leo en Le Monde Diplomatique, es saber que alrrededor del tema surgen voces que se alzan en defensa de los derechos de estos ex- y al mismo tiempo futuros delincuentes. Gente que se pregunta sobre si es justo encerrarlos a pesar de no haber cometido ningún delito y cosas por el