Así en el futbol como en la vida


(Extraño los días en que vivía con más certezas, cuando era un chico de izquierda. Todo era más fácil: yo sabía exactamente que pensar sobre cada tema, tenía una opinión formada sobre todas las cosas del mundo. Y si no la tenía la obtenía de mis formadores de opinión: los diarios que leía, algunas revistas, algunos tipos con quien conversaba. Y encima me consideraba informado, me veía como un tipo que sabía lo que pasaba. Ay, ay, ay…No, pensándolo bien, no extraño nada. No volvería a aquello por nada del mundo)

  Veo, en el Mundial, el gol de Inglaterra a Alemania que no fue gol… o mejor dicho el no-gol que fue gol. Porque gol no fue, sino el marcador hubiera cambiado…o sí lo fue? En realidad un gol, se produce cuando “la pelota entra en la portería” (según el diccionario de la Real Academia), por lo tanto, yo diría que sí, que fue gol. Pero, por lo visto, para ser gol debió contar con la aprobación del referí, así como para que un gol sea un no gol debe contar, como en este caso, con su indiferencia. Pero, entonces, fue o no fue?

  Tal cuestión, cuya importancia quedó opacada para millones de personas entre tantos “dimes y diretes” futboleros, me despierta todas las noches, de madrugada, cuando todo está absolutamente oscuro en mi habitación: “fue gol o no fue gol?” me pregunta una voz, dentro de mi cabeza. Y no es que me interese el resultado o que haya una disquisición futbolera rondando sino que tal duda me parece de tal importancia filosófica que me asombra no haber encontrado ni siquiera una pequeña mención en ningún medio. Porque, sin proponérmelo, encuentro en este banal incidente futbolero una metáfora perfecta de aquellos pensamientos que ocupan mi cabeza desde hace tiempo. Esta confusión, esta dificultad por determinar la verdadera naturaleza de las cosas, esta doble existencia o, mejor dicho, este percibir que las cosas sean y no sean o que sean una cosa y también otra cosa al mismo tiempo, está presente constantemente en mi vida.

  Hace tiempo que mi lógica ya no es aquella cosa inapelable, rígida y unívoca; hoy ante muchísimos acontecimientos me encuentro con la misma incapacidad de reconocer de que lado está la verdad.

  Por ejemplo, me pregunto:
  El bloqueo israelí a Gaza es una lógica medida defensiva que impide la provisión de armas a Hamas que se propone destruir Israel o es una forma de someter a su población a unas condiciones de vida inaceptables?

  Esas banditas de pibes de los suburbios de cualquier ciudad, que viven en guerra sin importarles mucho si matan o mueren, que asaltan a mano armada y que tienen el “gatillo fácil” son víctimas de un sistema que no les da oportunidades o si las hubieran tenido y hubieran nacido en Palermo serían igual de adictos a la violencia, codiciosos e irrespetuosos de los derechos de los demás?

 Cuanto más hay que seguir en guerra contra nuestro pasado, odiando a nuestros enemigos aunque de ellos solo nos queden los fantasmas y el dolor o ya llegó el momento de enterrar definitivamente la guerra, el pasado, el odio y el dolor?

 Y podría seguir preguntándome y preguntándome y preguntándome pero ya estoy cansado. Enciendo la tele para ver el resumen de goles de los partidos del Mundial. Estos sí, todos válidos.

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