La Gran Conspiración
Es extraño que el mismo programa mental que utilizamos para comprender el mundo, aquel que nos permite asociar, relacionar hechos con causas y deducir la naturaleza de las cosas nos lleve, a veces, al mismísimo carajo. La razón navega cómoda hasta la frontera de lo conocido, donde existen los datos empíricos, los hechos observables, los efectos medibles. Pero más allá, cuando se encuentra con lo metafísico , cuando imagina, cuando "sueña, produce monstruos", según describe un tenebroso grabado de Goya. Patin a, diríamos aquí. Un ejemplo de los patinazos de la razón es la mente "conspiranoica" o sea el tipo de mente (generalmente aquejada de cierto trastorno paranoico) que explica hechos históricos trascendentes por medio de la existencia de grupos secretos, poderosos y generalmente malísimos que conspiran con fines egoístas y perversos. La mente "conspiranoica" es extraordinariamente fértil. Cree, entre otras muchísimas cosas: que los extr