Noticias del Paraíso


( En recuerdo de esas fantasías compensatorias que poblaron mi cabeza, imaginaciones que , a veces, condujeron mi vida. “Ah, si viviera en otro lado, allí si que podría hacer esto o aquello....” y ahí nos vamos con los chicos, la cunita de la nena y la sillita del bebé a vivir una aventura inútil. “Ah, que lindo sería vivir en el campo lejos de la vida histérica de esta puta ciudad...” y a los 10 días de instalados en una bucólica cabañita estamos desesperados por encontrar algo que nos estrese. “Cuidado con lo que sueñas, que los sueños se terminan cumpliendo” dijo alguien inteligente. Hace tiempo que procuro seguir ese consejo.)

Tal vez el primer libro que tuve en mis manos haya sido aquella especie de resumen Leroux de la Biblia, ilustrados con unos dibujos simples pero muy coloridos, con los que me preparaba para la Primera Comunión. Allí aparecían Adán y Eva desnudos, aunque no se les viera nada (lo que me turbaba un poco) en el Paraíso. Tan bonito se veía el Paraíso, che: verde, árboles, animales, arroyos cristalinos y los 2 tan campantes. Tal vez haya sido la influencia de estas imágenes lo que determinó que una calurosa mañana de Enero de 1975 me metiera en un Renault 4L, junto con mi mujer y mi hijo y nuestras pocas pertenencias y partiera hacia Bariloche en busca del Paraíso, tarea a la que, desde entonces, he dedicado mi vida. Demás está decir que el viaje resultó un fracaso. Y eso que pasó por una hermosa ciudad como Barcelona, y por un pueblo de Italia, Positano, tan lindo como no veré otro, y por un pueblo del Mediterraneo catalán, Sitges, lleno del sol y de noche dura, y por un pedazo de tierra que se llamaba justamente El Cielo, en la península de San Pedro, en Bariloche y por un pueblo de Mallorca, soleado hasta el incendio y por otro hermoso pueblo en el Pacífico Costarricence con palmeras, ananás y negros grandotes... Y en todas partes, tengo que decirlo, el Paraíso estaba en otro lado. En todas partes tuve que lidiar, con el trabajo, con el amor, con la pereza, con mi ignorancia... En todas partes días plenos (más o menos 4 al mes), días de mierda (otro tanto) y días más o menos (los otros 22). En todas partes; igual que ahora.
 Hoy, cansado, abandono la búsqueda, porque empiezo a comprender algo de aquellos simples dibujos Bíblicos: lo lindo del Paraíso no era ni el verde, ni los arroyos, ni los animalitos, sino las caras de Adán y Eva.
                                      Ellos estaban en paz.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El misterio de la muerte (y de la vida) de Osho

Guerreros emocionados

Dudar o reventar (1)