Pensar y hacer

Hay gente que cree que es mejor persona porque adscribe a una causa presuntamente noble, altruista, solidaria. "Yo quiero salvar a las ballenas", "ayudar a los pobres", "detener el calentamiento global", "derrotar al imperialismo y construir una sociedad más justa", etc., etc., repiten sin pudor tipos y tipas a los que no dudo un instante en calificar de garcas, turros y malos. Lo que nos hace mejores o peores no es lo que pensamos sino lo que hacemos. Y no lo que nos parece que hacemos, sino lo que realmente hacemos. Porque está, por un lado, lo que creemos que somos y, por otro, lo que de verdad somos y entre uno y otro punto, muchas veces hay miles de kilometros. Vivo rodeado de gente que se cree generosa, humilde, progresista y es en realidad, avara, soberbia y reaccionaria. Que la gente esté lejos de su centro, lejos de lo que en realidad es, es frecuente y de hecho me sorprendo constantemente de la equivocada percepción que muchos tienen de sí mismo.

 O sea que pienso que es posible que alguien milite en Greenpeace porque lo hecharon, por ambicioso, de todos los grupos de izquierda y de derecha a los que quizo entrar. O que alguien haya aprobado el golpe del 76,  pensando en que por fin habría algo de orden en la caótica Argentina del 76 y que este alguien sea un tipo digno. O que alguien pertenezca al neolítico y piense todavía que los indios y los negros son menos inteligentes o gente peor que los blancos y ser él mismo un tipo justo, solidario y generoso en su mundo, con sus empleados, con su gente. O que hayas muerto en cualquier lugar del mundo combatiendo por una causa justa, por el triunfo de tu patria o de tu dios y que sólo hayas sido, en el fondo, un guerrero sanguinario.

 Veo las caras de los acusados de asesinato y tortura en la ESMA. Hoy viejos chotos, casi todos, impecablemente trajeados, Acosta, Astiz, Menendez (en Córdoba) ensayan una última bravuconada de derrotados, algun grito, alguna amenaza, mientras esperan el verdicto que los condene a pasar los últimos años de sus vidas de la peor forma en que uno pueda pasarlo: sin libertad. Y morirán así no porque pensaban que "la subversión internacional conspiraba contra los valores patrios" o porque se percibían como los "salvadores de la Patria" de las garras del comunismo. Sus ideas trogloditas podían tenerlas, de hecho mucho las tienen y no infringen ninguna ley.
 Ellos van a ser condenados porque montaron una máquina guerrera, tan cruel y sanguinaria que traspasó los límites de lo que el resto de los hombres consideramos humano. Seguimos siendo bastante animales, pero hay cosas , torturas, desapariciones, asesinatos sin juicios, limpiezas étnicas, a las cuales empezamos a decirles: No!
                      Para algo llevamos viviendo decenas de miles de años.

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