Demasiados bandos

(Este post es de Abril del 2010. Pero me parece que sigue vigente)
 Uno de los temas dominantes en los medios durante el año 2009 fué el de la Inseguridad Ciudadana o sea la incapacidad del estado de defender a los
ciudadanos (principalmente de clase media, aunque no exclusivamente), sobretodo de los robos y asesinatos violentos cometidos por pibes jóvenes marginales generalmente drogados. Alrededor de este foco de discusión se atrincheran 2 bandos, 2 posiciones ideológicas: los progresistas, los garantistas, los defensores de los derechos humanos, encolumnados tras el gobierno, que creen que la causa de este tipo de criminalidad es la injusticia social y los “manoduristas”, la oposición más derechosa, un elevado porcentaje de la población de clase media, junto con personajes públicos que sostienen que es necesario endurecer las leyes (entre otras cosas) para terminar con un estado de cosas que favorece la impunidad y por lo tanto la proliferación de estos hechos.
 Ante cada robo o asesinato de este tipo, las redacciones de los medios de uno y otro bando comienzan a emitir su parte de verdad, los oyentes llaman a sus correspondientes radios para manifestar su indignación y la sección Cartas de Lectores de los diferentes diarios se llenan de sus respectivas opiniones afines. Y así seguiremos, tanto en éste como en otros temas, trabados, sin avanzar, en realidad empeorando, encerrados cada uno en su burbuja y pensando que estúpidos (o peor "a que oscuros intereses sirven") los del bando contrario.
 Yo tengo, ya lo sé, el pensamiento débil, mis ideas no se pelean entre ellas, todas conviven en paz y por eso puedo entender que unos y otros tienen razón. La vida “en la frontera” para muchos pibes es tremendamente jodida y peligrosa y todo lo que el Estado hace por ellos es y será siempre muy poquito. Pero, supongamos, que el Estado invirtiera cientos de millones en la protección de estos pibes , que al lado de cada villa hubiera una escuela, un polideportivo y una Escuela de Artes y Oficios, siempre habrían pibes (y no pibes) malos, mala gente, y lo serían si hubieran nacido en San Isidro, porque la maldad ( la codicia, la prepotencia, el egoísmo, el gusto por la violencia) no distingue clases sociales. Y también aquí lo que el Estado (legisladores, jueces y policías) hace contra ellos para defender al resto, es insuficiente.
 Y lo extraño es que estando la verdad en los dos bandos, garantistas y "manoduristas", en su cerrazón, en su militancia ideológica, en su privilegiar el triunfo de su verdad por sobre la búsqueda de La Verdad, unos y otros son injustos. Los primeros, cuando, además de intentar proteger a quienes son vulnerables , idealizan, exculpan, apañan y fomentan la impunidad de gente jodida, ya que, para ellos, allí abajo, entre los sectores necesitados no hay hijos de puta, como en todos los sectores sociales: en las villas sólo hay chicos “que no han tenido oportunidades”. Y los segundos creando un clima de paranoia y discriminación al asimilar lo villero, lo “negro” con lo criminal y propugnado que el problema es sólo un problema de inoperancia estatal y de falta de políticas represivas eficaces.
 A mí , sentado frente a esta máquina, en esta parte remota del mundo, sin mayor cuota de poder que la que tengo sobre mi gato (porque le doy de comer) me es fácil imaginar un inicio de solución (tipo Argentina Año Verde) de este como de tantos problemas (las drogas, la desigual distribución de la riqueza, el daño ecológico, etc.) que parecen cánceres que nos van devorando día a día : todo comenzará a solucionarse cuando los integrantes de cada bando, de todos los bandos opuestos, se sienten frente a frente, en el Congreso, en los cónclaves políticos, en los despachos y oficinas donde se cocina el poder y se digan unos a otros con el corazón y la mente abierta:
                               Hablá, te escucho

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