El entusiasmo

    



Veo este video de Spike Jonze una y otra vez. La historia es que un grupo de bailarines veteranos, indudablemente aficionado, ofrece su espectáculo con la fuerza, las ganas, la inexperiencia, los errores y la emoción de quien baila ante el público por primera vez. Se instalan en el hall de lo que parece ser un teatro o un cine con su pequeño reproductor, se ponen en posición , lo encienden y comienzan a bailar, bastante mal por cierto, ante la indiferencia de muchos, el interés de algunos y la oposición de un acomodador que apaga el equipo e intenta detenerlos. Finalmente descubro que es lo que me atrae del video: este grupo de veteranos bailando expresa e irradia entusiasmo, puro y duro entusiasmo. El entusiasmo y el nerviosismo de quien comienza a aprender una actividad artística y que se presenta por primera vez en público.
 Y yo me identifico con ellos porque si hay algo que me gusta en la vida es sentirme entusiasmado. (Después me decepciono: el video, que fue premiado, es todo un montaje, los bailarines aficionados son actores y el que hace de director es precisamente el alucinado Spike Jonze).

 Hace tiempo pensaba que me podía pasar cualquier cosa, que mi vida estaba abierta a muchas y diversas posibilidades. Con el tiempo creí que siempre me pasaban, en esencia, las mismas cosas aunque disfrazadas de diferentes. Hoy se que la vida tiene una forma, que venimos al mundo con un paquete de programas característico y con ellos caminamos desde siempre y hasta el último día. Por eso la película de nuestra vida es siempre la misma, estemos en Perú o en Senegal, a los 15 o a los 70 años, siempre vivimos las cosas (todas las cosas de la vida, el trabajo, el amor, los viajes, las tristezas, que van cambiando) de la misma forma, usando los mismos programas. Uno de los programas que hace tiempo reconozco en mí es el de “Empezador”. O sea yo  soy de los que preferimos comenzar las cosas, no de los que las desarrollan ni de los que las mantienen. Todos pertenecemos a uno de estos grupos y hagamos lo que hagamos (estudiar, formar una pareja, montar un negocio, plantar un árbol) hay algunos que sentimos que lo nuestro es iniciar, que eso es lo que hacemos bien y con lo que disfrutamos, otros tienen el talento de realizarlas, de llevarlas a su punto culminante y otros son capaces de mantenerlas y de cuidarlas.

 Y es la emoción del entusiasmo la que acompaña a los "Empezadores": el comienzo de todo nos conmueve, y tiñe todo con ese plus de energía, con esa positividad, con esa fuerza que suele permitirnos iniciar cosas que parecen imposibles.

 Pero, es la vida, el entusiasmo es efímero, como un relámpago estalla y enseguida desaparece, porque todo lo que empieza debe continuarse, culminarse, mantenerse y finalmente acabarse. Y aunque a los "Empezadores" nos gustaría vivir siempre empezando, porque así sentimos que alejamos a la muerte, la vida (o la muerte) es inexorable..................

  (Pero yo, me rebelo y hago trampa: dejo esto sin terminar y comienzo a escribir una nueva idea que se me acaba de ocurrir. Ja!)






Comentarios

Entradas populares de este blog

El misterio de la muerte (y de la vida) de Osho

Guerreros emocionados

Dudar o reventar (1)