Yo opino, tu opinas.....
Todas las mañanas una vez cumplidas mis abluciones matinales, preparo el mate, prendo la radio y abro mi mente para dejar entrar las noticias.
A veces una
guerra en un lugar remoto, otras un desastre natural en un país vecino o una
salidera bancaria en el microcentro porteño,
los temas, los protagonistas, los hechos van desfilando uno tras otro, a
un ritmo más o menos vertiginoso y yo escucho, casi siempre no muy atento,
mientras pienso y hago otras cosas. Solo pongo atención cuando comienza una
cortina musical característica sobre la cual se escucha la opinión, por teléfono o por mail, de los oyentes. Es el momento que me interesa: escuchar a Marta de Palermo
afirmar con convicción que se “opone a la minería a cielo abierto porque
contamina las napas” o a Julio de Boulogne diciendo convencidísimo que “atacan
a Libia porque quieren su petroleo y su enorme riqueza acuífera también” o a Carlos de Temperley decir “que hubo fraude en
las elecciones de Chubut”…Quienes llaman o escriben a las radios no
son más que los voceros de miles y miles de hombres y mujeres que todos los
días escogen un bando, opinan , asumen una posición firme y decidida sobre los
temas mas variados, algunos cercanos (“ hay que cambiar de mano tal calle …”) ,
otros lejanísimos,(“que se vaya Mubarak”… ), algunos eminentemente técnicos ,
como la discusión sobre la tecnología de la industria papelera o la minería , y
otros simplemente inopinables ... “estoy segura que el Glaciar Perito Moreno no
se va a romper hasta mañana al mediodía...”afirmaba decidida , hace unos meses, Rosa de Munro.Y me interesa tanto escuchar a la gente
opinando porque no puedo entender de donde sale la ilusión de que nosotros
desde nuestro pequeño mundito, sabemos algo sobre la tecnología de extracción
del litio, sobre el Oriente Medio, sobre el oscuro misterio de las agencias de
inteligencia del mundo, sobre personas, países, situaciones, que nunca hemos
visto, con las que nunca hemos tenido ningún tipo de contacto ni seguramente lo
tendremos.
Porque opinamos sobre todo como si supiéramos? Como hacemos para olvidarnos de que en realidad no sabemos? Y cual es el valor de nuestra opinión si lo único que conocemos de casi todo es lo que, poco o mucho, (generalmente muy poco o nada) leemos en nuestras habituales fuentes de información que son un diario, una revista, Google o Wikipedia, un programa de tele y en el mejor de los casos un libro, a los cuales decidimos de antemano creerles, es decir, tomamos por verdadero lo que ellos sostienen?.
Imagino que hace unos pocos cientos de años
pocos pretendían saber más que de lo suyo, de su aldea, de su ciudad, de
aquello que podían percibir. El adquirir conocimientos era cosa de pocos. Pero,
y esto es la evolución, la conciencia se expande siglo tras siglo gracias a los
libros, que han sido hasta ahora la prolongación de la mente, a los medios audiovisuales, que
son la prolongación de nuestros sentidos y a la Web que ya es la Mente Universal, la mente que contiene a las que han sido y a las que son. Lo cierto es que cada vez más personas saben más
cosas. Pero los que saben en serio, los sabios, saben que sólo saben apenas una gota y que desconocen un océano.
Y por eso, porque son sabios, solo hablan de lo que saben.
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