Que se vayan todos
Periodistas argentos se preparan para comenzar la jornada laboral en las redacciones del Diario Clarín, de La Nación, Pag12, y en los programas de TV "Bajada de Linea", "6,7,8", "Periodismo para todos" , etc.
Cristina Kirchner da una conferencia de prensa
en Harvard. Transmite en directo el canal oficial, estoy en casa, la veo. De
vez en cuando me gusta escucharla, con ese tono un poco autoritario de
profesora de Colegio, citar de memoria cifras como el porcentaje del aporte de la Industria al PBI del año
1973 o el número de tractores exportados a Brasil en el 1984. También la actitud
de argenta agrandada y desenvuelta que tanto nos identifica y también, por
supuesto, lo que dice, sus ideas, que suelen parecerme interesantes.
Después de su discurso, algunos estudiantes le
hacen preguntas, algunas bastante tontas e intrascendentes, otras algo hostiles
(sobre su patrimonio), ella contesta más o menos correctamente y fin de la
historia, a otra cosa, cambio de canal. Nada importante.
Dos
horas más tarde caigo en un canal de noticias de uno de los dos bandos del Club
de la Pelea en
que se convirtió el espectro de los medios de comunicación argentino: en este
caso el canal pertenecía al Bando AntiK para el cual los malos son Cristina y
sus secuaces, que recorren, como Chavez, un camino hacia la restricción de la
libertad de prensa y en definitiva hacia la Dictadura y donde los
buenos son los heroicos medios opositores que desnudan las mentiras de la
propaganda oficial. Están informando sobre la conferencia de prensa de
Cristina, lo veo. Inmediatamente algo me resulta extraño, me inquieto por que
no se que es. El video es el mismo que vi, las palabras son las mismas, pero
estoy viendo una conferencia de prensa absolutamente distinta. Seguramente
contribuyen la edición y el análisis que de ella hace un periodista antiK pero
veo (y digo veo, realmente lo veo) a una Cristina desaforada que maltrata a los
chicos que la interrogaban con gestos autoritarios y humillaciones y que todo
el tiempo evita responder a las preguntas de los estudiantes con malabarismos
verbales. Me pongo decididamente tenso por la confusión: un mismo video soporta
dos historias absolutamente diferentes.
Nervioso cambio de canal. Quiero ver el video
otra vez y lo encuentro en un canal del
Bando K para el cual los malos son los medios de comunicación opositores altamente
concentrados y los buenos Cristina y sus compañeros que están librando una
batalla contra ellos para que de una vez exista una verdadera libertad de
prensa. Esta vez un grupo de panelistas analiza la conferencia de prensa mientras
el mismo video repite las mismas imágenes, las mismas preguntas y las mismas
respuestas que ya tenía vistas dos veces. Mi inquietud aumenta: aquí también
editan y agregan informaciones y análisis a las imágenes por lo que el
resultado es una nueva historia que emerge del “viejo” video. Esta vez, lo que
se veía (y aquí también remarco que era esto exactamente lo que estaba viendo)
era que algunos periodistas AntiK, desplazados a Washington, habían preparado
las preguntas inoportunas y hostiles que los estudiantes (algunos de los cuales
eran argentinos militantes de partidos de oposición), hicieron a la Presidenta quien logró
desbaratar la maniobra gracias a su perspicacia e inteligencia.
Durante las siguientes 2 horas seguí el
incidente harvardiano a través de los distintos canales de noticias y por
supuesto pude ver nítidamente una y otra vez el relato K o su opuesto y antagónico
relato AntiK según a que bando pertenecía
el canal que sintonizaba.
Estoy podrido:
De lo que es hoy el periodismo
argento.
Del infantilismo de algunos tipos que se creen
en serio que ellos si son justos y veraces y que los otros son unos mentirosos vendidos
o que ocultan sus verdaderas intenciones antidemocráticas. (Sorprende ver a
tipos tan inteligentes y serios como todos, convertidos hoy en patéticos Cruzados
(V. Hugo, Lanata))
De los periodistas militantes que hacen
prevalecer el triunfo de su causa (cualquiera que sea) por sobre la verdad que
ya es de por sí esquiva y opaca .
De los que usan la información como armas para
atacar y como leña para avivar el fuego de la furia contra el enemigo.
Claro que
nadie es objetivo, claro que cada uno ve las cosas según el color del cristal
con que mire, claro que nuestra mirada del mundo está condicionada por nuestros
intereses, lo sabemos, somos grandes. Pero no necesitamos este Club de la Pelea cada mañana, en cada
noticiero, en cada primera plana dándose patadas en la cara y esperando que
aplaudamos cuando al otro le sale sangre. Tal vez muchos así lo quieren, muchos
tal vez son soldados que necesitan alimentarse de este combustible que parece
información y es solo leña para su fuego.
Pero muchos, lo que necesitamos es que nos
hagan dudar de lo que estábamos convencidos sin pensar, que nos cuenten aquello
que piensan los que están del otro lado, que nos abran la cabeza a todas las
miradas posibles de cada hecho, que nos hagan entender que los que están en el
otro bando son como nosotros, ni más ni menos, solo que tienen otra mirada,
otras ideas, otros intereses. Estos son los relatores de la realidad que
necesitamos, los que son capaces de contarnos todos los relatos.
Los demás, por mí, que se vayan todos.
Comentarios
Publicar un comentario