Imperfectos
No me gustan (entre otros): los prepotentes, los codiciosos, los autoritarios, los winers, los mezquinos, los intolerantes, los egos grandotes, los que solo hablan y no escuchan,
los perezosos consumidores de banalidad, los que están fuera de su centro, los que se creen más, los dueños de la verdad, los incapaces de pensar en los demás...
No me gustan pero se que son simplemente hombres y mujeres que, como todos, tienen defectos y seguramente, no muchos más graves que los que tengo yo.
Nuestras imperfecciones vendrán en los genes? Las adquiriremos durante nuestros primeros años? Las transformamos cuando crecemos? No creo que yo haya podido transformar las mías. No creo que sea habitual que los mezquinos se vuelvan generosos ni los prepotentes amables. No creo que el mundo evolucione hacia la perfección y que cada vez haya más gente que sea mejor, más consciente, más íntegra.
Hoy voy aceptando finalmente que la estupidez, la codicia, la banalidad, el mal, todo, me guste o no, forma y formará parte de la vida.
Soy uno más entre esa enorme diversidad de 7.000 millones de personas, algunas de las cuales son oscuras, negras, malísimas, otras, santos iluminados y la gran mayoría gente que hacemos lo que podemos con nuestra vida.
Soy uno más entre las 10.000 personas que componen mi mundo, con los cuales me relaciono, intercambiando nuestra energía en forma de trabajo: cada cual hace el suyo y así el mundo, todas las mañanas tempranito, se enciende y funciona.
Soy uno más con los mismos derechos y con las mismas obligaciones que los otros.
Pero eso si: en mi mundo chiquito trato de que solo me rodeen los que quiero, los que elijo, los que me son afines. Poquitos pero de los míos. A los que no me gustan también los respeto. Pero, en lo posible,
lejos
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