De genes y panaderos








 La semilla del cardo vuela: su ingeniosa estructura de delicados pelitos le permite aprovechar el viento para transportarse de un lado para otro hasta encontrar el sitio donde, si todo va bien, se tranformará en un cardo grandote, magenta y espinoso. Panaderos les decíamos (aún hoy?) a ese pequeño y extraño objeto volador. Gracias a ellos encontramos cardos por todas partes. Cada uno es cada uno en este prodigioso universo que es la vida y cada cual inventa y desarrolla a través de miles de años de evolución, sus estrategias para reproducirse exitosamente, lo que quiere decir ser cada vez más y más y más....

 Supongo que, para nosotros, los humanos, todo empezó más o menos así: estábamos en algún lugar de Africa, hace  100.000 años, ya erguidos y agarrando las cosas con el pulgar, procreando, cazando y  comiendo mamuts cuando algunos dijeron en su primitivo lenguaje: - "Nos vamos".- “Adonde?”- preguntó el resto del clan.- “A ver el mundo” - respondieron los primerísimos emigrantes humanos. Y así se ponía en marcha la estrategia humana de migrar (que compartimos con otras especies) para ser cada vez más, que resultó exitosísima:  avanzamos inexorablemente sobre todos los rincones del planeta y hoy solo se salvan de nuestra presencia los lugares hostiles para la vida.
  Yo, que no se mucho de nada pero un poquito de algunas cosas, intuyo que para instrumentar dicha estrategia, la evolución dotó a los hombres, no de un semilla voladora, sino de un Gen, al que podemos llamar, a falta de nombre ya que los genetistas todavía no lo identificaron, el Gen A237, el Gen del Emigrante.

Es este  Gen el que divide a los hombres y las mujeres entre los Fijos, los que carecen de él y los Móviles los que lo heredan y lo transmiten. Los primeros son los que, por ejemplo, nacen, viven y mueren en la misma ciudad,  en el mismo barrio y a veces en la misma casa. Los segundos viven, por citar otro caso extremo, como aquel entrenador argentino de basketball, hoy afincado en Libia, después de dirigir equipos en más de 12 países diferentes ( de la órbita de la ex-URSS, de la zona de los Balcanes) en 25 años de carrera.) 

 Es este Gen el que lleva a millones de hombre y mujeres en todo el mundo a dejar el lugar en que viven para instalarse en una tierra, en un mundo que a veces es absolutamente diferente del que los vió nacer: ellos creen que lo hacen para buscar trabajo, dinero, desarrollo profesional, una vida mejor pero en realidad simplemente responden al mandato del aún no identificado gen que ordena: "Movete!" 

 Y es este el Gen que heredé de mi abuelo Marcelino, que dejó su San Sebastián natal para recalar en un pueblito de Córdoba y que yo legué a mis hijos y que  ellos legarán a los suyos de manera que es probable que dentro de 100 años alguno de mis descendientes esté en las listas de los seleccionados para emigrar al único lugar donde todavía, al paso que vamos, los humanos vamos a poder emigrar: el Planeta Marte.

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