Contra los Glaciares

 (Reedito este post  que escribí hace 7 años. Porque sí. Porque me gustó releerlo)


"- Sabes que les digo a la gente que escribe libros anti-guerras?- No, que les dices, Harrison Starr? - Les digo, porqué no escriben ustedes un libro anti-glaciar en lugar de eso? - Lo que quería decir es que siempre habrá guerras y que sería tan difíciles de  eliminar  como lo son los glaciares"                                                                                                                            Kurt Vonnegut - Matadero Cinco                   

  Imagino alguna de aquellas guerras que alguna vez estudié en el colegio y se me aparecen miles de hombres uniformados,desplazándose en espacios abiertos para entrar en un combate cuerpo a cuerpo, con espadas o con lanzas (después con rudimentarias armas de fuego), contra otros miles de hombres con uniformes diferentes. Al final uno de los ejércitos vence y avanza pisoteando los cadáveres, todavía calientes, del otro.
  La guerra era entonces un asunto profesional, entre soldados (aunque muchos fueran obligados a enrolarse) y los que eran más o más valientes o más grandotes o estaban mejor armados ganaban e imponían las condiciones en que se firmaba el fin de la guerra. Hasta la próxima.

  Entre el 13 y el 15 de Febrero de 1945, 1000 bombarderos ingleses y norteamericanos lanzaron 4000 toneladas de bombas, sobre el centro de Dresde matando entre 40.000 y 250.000 civiles, según las fuentes. No fué el primer bombardeo masivo a una ciudad: los alemanes ya disparaban cohetes V1 y V2 (antecedentes de los modernos  misiles) hacia Londres y un poco después los aliados bombardearían Tokio (83.793 muertos) y los americanos arrojarían la bomba atómica sobre Hiroshima (71.379 muertos).

                                                             Dresde                                      
                                                       
 Esto ya era otra cosa.

 Al mismo tiempo, desde 1938 (tras un recrudecimiento del histórico antisemitismo del pueblo alemán, después del ascenso al gobierno del partido nazi en 1932), una parte importante del ejército alemán estaba abocado a la detención y deportación hacia campos de concentración de aquellos hombres, mujeres y niños identificados como judíos. A partir de 1942, dada la dificultad de alimentar los varios millones de prisioneros y deportados, en más de 1000 campos en el este de Alemania y Polonia los responsables adoptan la Solución Final, o sea se cambian los  métodos artesanales de exterminio por los "industriales", como las cámaras de gas (construidas en lugares discretos en algunos campos o montadas en camiones), capaces de matar varios miles judíos en un día. Entre 3, 5 y 6 millones (según las fuentes) de judios fueron exterminados en campos de concentración además de varios millones de gitanos, soviéticos (especialmente prisioneros de guerra),  comunistas, Testigos de Jehová, otros pueblos eslavos, discapacitados, hombres homosexuales y disidentes políticos y religiosos. 
                Esto también era otra cosa: mirado desde hoy parece mentira que esto haya sucedido hace apenas unas pocas décadas.

 La 1era Guerra Mundial (desde 1914 a 1918) con sus 10.000.000 de muertos, la 2da  (desde el 39 al 45) con sus más de 60.000.000 y las innumerables guerras contemporáneas, Congo, Angola, Camboya, Medio Oriente, Vietnam, Pakistan, Irak, Afganistán, Ruanda, los Balcanes y un larguísimo etcétera suman y suman millones de hombres, mujeres y niños a una cuenta imposible. 
   
 Aceptamos la inevitabilidad de las guerras, nos olvidamos fácilmente de la muerte, de la destrucción y del sufrimiento que provocan, del odio que dejan sembrado en la memoria (causa generalmente de otra futura guerra). Deseamos la paz, tememos la guerra y sin embargo una y otra vez un grupo de hombres se disponen a morir y a matar a otros para vengarse de lo que hicieron sus vecinos 50 años antes, o para recuperar un territorio presuntamente usurpado, para matar a las "cucarachas" tutsis o para limpiar étnicamente la Gran Serbia o la Alemania Aria, para hacer la Revolución, para echar al mar a los sionistas, o defender a la patria, o por el triunfo de Alá, y bla,bla, bla, ...Es extraño lo fácil y rápido que ocurre. El "programa del guerrero", o sea la conducta determinada por la testosterona, solo requiere de una chispa para encenderse en muchos hombres que lo llevan a flor de piel. Basta echar un poco de leña al fuego y en unas horas miles de hombres y mujeres acuden a una plaza convocados a la guerra por un general borracho y asesino. Basta un  buen marketing político para dejar de ser una de las naciones más cultas y evolucionadas de Occidente para transformarse en una dedicada a exterminar judíos y conquistar territorios persiguiendo los designios de un tipo indudablemente trastornado.

 Intentamos hacer la guerra menos inhumana: los hombres decidimos que hay cosas que no valen por más justificada que parezca una guerra. Algunos ejemplos:
 El desarme nuclear, o sea la disminución de la posibilidad de que sucedieran miles de Hiroshimas al mismo tiempo, fué un logro de la humanidad.
 Hoy son juzgados y condenados los guerreros (por lo menos algunos) que cometieron crímenes de lesa humanidad ( los militares argentinos y los serbios), como genocidio, torturas, violaciones, exterminio y otros delitos que ofenden a la humanidad toda.
 Los escoceses y los catalanes quieren resolver por las urnas su derecho a la independencia, cuestión que hace 200 años se hubiera intentado resolver por las armas.
 La casi totalidad de los países europeos que  han combatido entre sí durante más de 7 siglos hoy constituyen la Comunidad Económica Europea.
 Los países participantes en la Guerra de los Balcanes,  hoy compiten entre si por las eliminatorias del Mundial de Fútbol
 La izquierda latinoamericana lucha democráticamente por obtener lo que hace 40 años buscó por medio de la guerra revolucionaria.
 Pero pasan los siglos y la guerra sigue formando parte de la condición humana, algo que constituye nuestra vida, como si fuera la forma incomprensible que tuviéramos de regularnos.

           Tan difícil de eliminar como un glaciar. Aunque, quien sabe.
                       De hecho los glaciares se están derritiendo









Comentarios

Entradas populares de este blog

El misterio de la muerte (y de la vida) de Osho

Guerreros emocionados

Dudar o reventar (1)