Los héroes no envejecen






Los héroes, según la mitología griega, nacen de la unión de un dios y de un humano. Por eso tienen, entre otros poderes, el de no envejecer.
 Algunos de mis héroes, el Che, John Lennon, Bob Marley, no tuvieron tiempo de envejecer. A otros el guión se los impedía.  Tal vez fué mejor así: como vestiría Robin a los 50?. Y el Che, gordo y pelado, con una guayabera blanca, paseando por  La Habana descascarada, que impresión me causaría?


 Los Tupamaros estuvieron entre mis primeros héroes. Ellos fueron el primer grupo guerrillero del que tuve noticias. Corría el año 1966, Onganía daba su golpe militar, yo tenía 15 años, y comenzaba a armar mi primera idea de como era el mundo. O sea, a querer saber quienes eran los buenos y quienes los malos.
 Como buen adolescente de mi generación admiraba los gestos rebeldes, las luchas contra la "sociedad", a la que ya veía venir amenazando mi libertad de privilegiado pibe de clase media, con sus exigencias de estudio, trabajo, carrera, matrimonïo, etc. etc.. Por eso los Tupas eran, sin duda, de los buenos. Sus primeras acciones son robinhoodianas, simpáticas, humorísticas. Del tipo "soy chiquito pero me burlo y derroto al grandote prepotente". Yo sentía que de alguna manera, se burlaban también del dictador que me gobernaba. Era para mi un alegría leer el diario La Nación, que llegaba a mi casa, los días en que traía alguna noticia de los Tupamaros: un "detenido"(un secuestrado) en la Cárcel del Pueblo liberado (después de ser correctamente tratado) a cambio de algunos millones de dólares; un asalto a una financiera, no para robar, sino para denunciar sus maniobras ilícitas; el robo rocambolesco al casino de Punta del Este. Y por supuesto, la fuga masiva del Penal de Punta Carretas: el 6 de septiembre de 1971 se fugaron los 106 tupamaros que estaban presos, entre ellos varios miembros de la dirección.
 Las historias de muerte, que al principio solo los rozaban, poco a poco los fueron alcanzando. El copamiento de un pueblo, Pando, se salda con varios muertos. En agosto de 1970 matan a Dan Mitrione, agente de la CIA experto en torturas, dedicado a difundir su conocimiento entre las policías sudamericanas.  Y poco después vino su temprano aniquilamiento: en el año 1972 (cuando aquí comenzaba el apogeo de los Montos y el  ERP) caen presos casi todos los miembros de la dirección, quienes son tomados como "rehenes" para evitar que la organización siga operando, lo que sella su definitiva derrota.

Yo, mientras tanto, dejaba de creer en dioses y en héroes. No me llevó mucho tiempo comprender que los hombres y las mujeres estamos llenos de imperfecciones y que nos parecemos muy poco a Ulises. Somos por lo general chiquitos. Salvo algunos: los "grandes hombres", los tipos que trascienden, los que hacen historia. Que también tienen lo suyo, sus zonas oscuras, que suelen ser más grandes que las del común de los mortales. (De hecho, es bien sabido que Aquiles, ese héroe griego, tenía un talón tan defectuoso que lo hacía mortal).


 Sigo admirando a Pepe Mujica como admiraba a los Tupamaros cuando tenía 15 años. Como muchísima gente. No solo por ser uno de los tipos que logra transformar un pequeño grupo armado en una de las fuerzas políticas que hoy gobierna el Uruguay, lo que es ya una proeza. No solo por ser, como Mandela, alguien que después de cumplir 15 años de condena sale de la cárcel sin rencor y apuesta permanentemente por la paz. Lo admiro, sobre todo, por que es un tipo sabio y sencillo. Y que continúa  siéndolo a pesar de haber sido uno de los hombres más poderosos de su país.
 En un mundo al que muchos vemos enfermo de consumismo, corriendo inconscientemente detrás del dinero y de las cosas hacia ningún lado, la sencillez de Pepe ilumina el futuro. Vivimos con la sensación de que estamos en permanente crisis, de que no sabemos como encarar algunos de los gravísimos y progresivos problemas (desigualdad, deterioro ambiental, violencia, hiperpoblación, inmigración, etc., etc., etc., ) que cada vez se hacen más evidentes.
   Estoy seguro de que nos sentiríamos más confiados si comprobáramos que en el mundo, en los lugares de poder, abundan los Pepes Mujica.







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