Guerreros emocionados
Linda Feldman Barret es una psicòloga y neurocientìfica estadounidense que cuestiona la visiòn tradicional de las emociones,
"Es una sensación de agresividad eufórica que experimenta una tribu de cazadores de cabezas de Filipinas, los ilongotes. Liget supone una concentración, una pasión y una energía intensas al afrontar un reto peligroso con un grupo de personas que compiten contra otro grupo. El peligro y la energía infunden una sensación de unión y pertenencia. Liget no es solo un estado mental, sino una situación compleja con reglas sociales sobre qué actividades provocan cuándo es pertinente sentirla y cómo nos deberían tratar los demás durante un episodio. Para un miembro de la tribu ilongot, liget es una emoción tan real como la alegría y la tristeza lo son para nosotros”
“
Nuestra cultura también experimenta esa emoción propia de los guerreros que se aprestan al combate pero, como explicaba Barrett al no estar conceptualizada, al no tener palabra para nombrarla no la reconocemos. Y sin embargo, centenares de millones de hombres (si, esto es cosa principalmente de hombres, de testosterona) la experimentan mientras se encaminan, los domingos, en todos los pueblos y ciudades del planeta hacia los estadios de futbol, beisbol , criquet y demás deportes para presenciar ese sucedáneo descafeinado de la guerra que inventamos para vivir en paz. La lucha entre dos equipos de hombres con pelotas, con palos, con reglas estrictas donde, al final, nadie muere es lo que sublima nuestro, tal vez natural o heredado de nuestros ancestros, gusto por guerrear.
Los que encarnan más plenamente el espíritu del liget son los "barras bravas", "hooligans" o como se llaman en los distintos países aquellos grupos de hombres, más bien jóvenes que, tal como lo hacían los ilongotes , se agrupan , con sus rituales, sus organizaciones jerárquicas, sus ceremonias, para sentir el gozo y la excitación que produce un posible y peligroso enfrentamiento con un grupo enemigo.
Liget viven también los chicos que en Amsterdam salen a enfrentarse con la policía porque los confinan o queman coches en la Via Layetana al grito de Visca Catalunya! o incendian el metro en Santiago de Chile por el precio del boleto estudiantil o asaltan el Capitolio para que no se vaya Trump. Los motivos varían. Lo que importa es sentirse embargado por la dulce excitación, el sentimiento de hermandad y pertenencia entre machos testosterónicos y la energía y la agresividad encendidas que produce la inminencia del combate. Muchos son los hombres que en muestro tiempo disfrutan de la “emoción de los guerreros”.
El que este placer no se salde con muertos, como les sucedía a los ilongotes es un triunfo de la evoluciòn y la conciencia
interesante,.....y que pasa con las chicas que salen el 8 de Marzo ????
ResponderEliminarHay también chicas testosterónicas, estraperlo. Pero las chicas que salen el 8 de marzo no salen a combatir: más bien a experimentar la dulce sensación de comunión que también se experimenta en eventos masivos como conciertos, etc..
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