Grietas eran las de antes (III): Prisioneros




 (Así me cuento la historia que vivo)
 
 Desde hace unos años los argentinos agregamos una característica más a nuestro extenso menú de imperfecciones: estamos "agrietados".  Según esta teoría una profunda división nos separa: hoy los Unos odiamos a los Otros.
 Sin embargo,  una mirada hacia nuestro reciente pasado (ver post anterior "Grietas eran las de antes(1)) me convence que el odio, la división,  la guerra caracterizaron nuestra historia hasta el advenimiento de la democracia. A partir de entonces la violencia política disminuyó notablemente: en los 70´s  contábamos  muertos; hoy solo agresiones verbales.
 ¿Porque sentimos entonces que  estamos tan o aún mas divididos que antes?
Intento explicármelo.

 La profunda división está instalada entre la dirigencia política. Hay dos bandos agrietados: los dos dicen defender el mejor modelo de país, el que nos sacará adelante. Los dos se saben superiores moralmente a los contrarios. Los Unos porque son solidarios, defienden a los humildes, luchan por la igualdad mientras los contrarios defienden a los ricos explotadores y a las corporaciones. Los Otros se saben mejores porque defienden la libertad, la república y la democracia mientras los contrarios son autoritarios,  corruptos y utilizan a los pobres para obtener privilegios. 

 Cada bando  utiliza su grupo de medios de comunicación afin, participantes activos de la lucha política-ideológica. para exponer, (superficialmente) sus propuestas y, aún más importante, para exhibir las características personales de sus lideres. Hoy la lucha política devino un espectáculo mediático. Y creo que es aquí donde reside una de las claves  de la "grieta"; el marketing, el rating indican que la violencia, la intensidad, los gritos, las acusaciones, los escándalos atraen más espectadores, o sea probables votos,  que la discusión serena y reflexiva. Los medios fogonean la "grieta" sesgando y manipulando  los contenidos que emiten para favorecer a los propios y denostar a los contrarios. Y para sumar y fidelizar audiencias.

  Hasta hace un tiempo creí que esta  violenta pelea de políticos era también mi pelea. Pero  cada vez me siento más alejado de ese espectáculo. Empiezo a sospechar que ni los Unos ni los  Otros  saben que hacer y como hacer para sacar el país del estancamiento en que se encuentra hace decenas de años. 
 Tal vez por eso,  para que no se note el desconcierto, es que ambos bandos gritan tan fuerte sus consignas:

  "Igualdad!...Cobremos más  impuestos a los ricos!... Que el estado esté presente! ...Distribuyamos la riqueza !" 
 
"Libertad!,,,Bajemos los impuestos para estimular la inversión!...Que el estado no interfiera! ..Libertad de mercado".. 
                        y bla,bla, bla... 
Pero, a pesar de los estridentes gritos,  todo sigue igual (¿o peor?)

 Ensayo posibles explicaciones:
- El Tiempo está exigiendo a la política una "actualizacion", o más bien un reseteo total, tal como se está dando en otros campos de la actividad humana (comunicación, trabajo, educación).
- Los sistemas de creencias, las formas de pensar el mundo, es decir las ideologías que direccionan la acción política, surgidas en el mundo de los siglos XIX y XX ya no explican el mundo del siglo XXI.
- Los políticos son prisioneroa de sus ideologías
 

  En una entrevista a Humberto Marturana un biólogo eminente y un hombre sabio encuentro lo siguiente:
  
 "Usted es un hombre de izquierda?
- Yo, personalmente, no quiero ser de ninguna parte para poder ser de todas partes.
Eso suena imposible.
- No, claro que es posible.
 No ser de ninguna parte significa no estar comprometido con ninguna ideología, y solamente si no estoy comprometido con ninguna ideología puedo pensarlo todo, por qué no tengo las respuestas prehechas a mis preguntas, sino que me tengo que detener a observar, a entender.
Lo que se opone a una ideología es la reflexión, si no hay reflexión, hay ideología.
¿Y usted nunca ha creído en una ideología?.
- Cuando chico."

Menos ideología y más reflexión. Esto seguro que serviría
Y la certeza de que la lucha política concebida como una guerra entre los buenos, que además saben que hacer (nosotros) y los malos que no tienen idea (ellos) es una creencia falsa: buenos y malos hay en ambos bandos. Ideas, planes, proyectos, soluciones también
Y además la grieta nos está llevando a todos al fondo del abismo.

Y termino con una pregunta:
¿Si aceptamos que contemplamos el mundo sesgadamente, focalizados en aquello que refuerza nuestras creencias, tal vez la mirada de los otros nos completa, nos amplia el mundo, nos acerca a la verdad?

¿No será que los Unos necesitan de los Otros para gobernar ?































 

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