De grietas y Marabuntas


 De que está hecha una grieta? De aire. De nada. Es vacío.  Un espacio serpenteando entre 2 extensiones de tierra, entre 2 paredes de hielo; una ausencia de  material en la superficie del techo resquebrajado.

 Hoy, la palabra pasó a los medios para indicar una distancia insalvable  entre 2 grupos políticos. "Grieta" expresa la polarización, la crispación y la violencia verbal que empapa la lucha política en la Argentina. 

 Juan Martinez d´Aubuisson es un antropólogo salvadoreño que estudia e investiga el fenómeno de las maras de su país, aquellos grupos de hombres jóvenes (alrededor de 100.000 con cerca de un millón de personas que conviven con ellas y su sistema) cuya actividad principal es matarse entre ellos. Las maras Salvatrucha 13 y Barrio18, (cuyo nombre deriva de la espeluznante película "Marabunta" con Charlton Heston, donde un ejército de hormigas devoraba todo lo que se ponía en su camino, inclusive, casi, al mismo Charlton)  se disputan el control de los barrios suburbanos de San Salvador a los tiros. Martinez, para profundizar en su investigación, convivió durante un año (2010) con una "clica" (célula integrante de la mara) de la Barrio18 y nos cuenta en "Ver,oir y callar" lo que vivió.
 Entre otras cosas que los días 13 de cada mes los integrantes de Salvatrucha13 salen a cazar mareros de la Barrio18 y que en los días 18 sucede lo opuesto. El promedio de homicidios por millón de habitantes de El Salvador es habitualmente el más alto del planeta: 100 asesinatos en el 2015; en Argentina hay alrededor de 5.

 El mundo de las maras es la grieta más brutal que pueda imaginarse. Y sin embargo Martinez D´Abuisson explica que no es la violencia lo que lo define.
 "La clave es el antagonismo, no la violencia" 
 A diferencia de las bandas de narcos, por ejemplo, que buscan enriquecerse y que luchan para eliminar la competencia del rival utilizando como instrumento la violencia, las pandillas buscan mantener el sistema de agresiones contra el grupo rival. La violencia es ritual. Paradójicamente  se asesinan cruelmente unos a otros  pero no hay conflicto entre ellos. No hay intereses diferentes. Las pandillas se necesitan porque es la guerra la que da sentido e identidad a la vida de sus integrantes. Nacer José, en el miserable barrio de la colina Montreal es nacer casi muerto. Transformarte, a los 10 o 12 años en Little Down un soldado  integrante de la MS13 te augura una vida,  probablemente muy corta, pero mucho más plena e intensa.

  Leyendo esto vuelvo a pensar en la "grieta" que divide a los actores políticos en Argentina y en el mundo. Y me pregunto si no estamos ante un fenómeno similar. En la intolerancia, en el desprecio, en la descalificación de los contrarios, ¿no hay acaso un intento de construir identidad? ¿No es acusando a los Otros de corruptos y ladrones como yo me identifico como  recto y honesto?. ¿Si  nuestros enemigos son insensibles y solo buscan mantener sus privilegios a costa del sufrimiento del pueblo quienes somos  Nosotros sino los solidarios que defienden los intereses de los más vulnerables? La lucha política fué una guerra en los 70´s. Entonces si había una grieta: un enfrentamiento a muerte. Hoy es un show mediático que se desarrolla a los gritos. Porque cuanto más fuerte puedo gritar  que  los Otros son despreciables, cuanto más puedo criticar sus errores, sus defectos, su maldad más me reconozco en lo opuesto. 

 Hoy los gritos, las críticas están amplificados porque a ambos lados de la grieta no hay mucho más para decir. Trotzquistas y  libertarios, progres y derechistas, kichneristas y republicanos, radicales y peronistas empiezan a comprender que vivimos en un mundo sin certezas.  Las recetas para comprenderlo y accionar sobre él, las ideologías, nacieron en otro tiempo. Son creencias que nada explican hoy y mucho menos sirven para saber como resolver los problemas que desde hace decenas de años están instalados tenazmente en  el país: aumento de la  pobreza, sistemas educativo y de salud mediocres, inflación, imprevisibilidad, baja productividad, baja inversión, etc.,etc., etc., etc..

Nadie sabe bien que hacer, pero quien ejerce un cargo público, o aspira a ello, no puede reconocerlo: constantemente debe tomar decisiones que afectan de alguna forma la vida de otros. Por eso, para negar su ignorancia, gritan con fuerza sus  slogans: ¡Libertad! ¡Igualdad! ¡Bajemos los impuestos! ¡Que paguen los ricos! ¡Que el Estado esté presente!¡Menos gasto público! ¡Inclusión!¡República! y bla,bla,bla,bla,bla,bla....Pero nada hacen y todo sigue igual o peor.

La grieta es una ilusión. Todos están unidos por el desconcierto.

Comentarios

  1. El show mediático es una pena.
    Vivimos en un mundo líquido, incierto.
    Las ideologías tradicionales pueden explicar una parte de la realidad, otras ideas y modelos ayudan a explicar otra parte, y el resto quedará sin explicación, es incierto, volvemos a coincidir.
    Pero quien ejerce un cargo público constantemente debe tomar decisiones que afectan de alguna forma la vida de otros. Y en ese punto lo que digas no importa, importa lo que hagas.
    Y ninguna medida va a resolver los problemas que se enumeran en la nota
    Pero seguro que algunas medidas pueden mejorar un poquito la vida de otros, mientras que otras medidas puenen desmejorar un poquito la vida de otros.
    Y ahí me planto yo a la hora de votar. No grito ni discuto, porque la discusión está embarrada y malparida por todas partes. Pero a la hora de votar pienso en quién puede acertar mejor las pequeñas decisiones que puedan tomar. Y en ese momento me miro y me veo de este lado de la grieta.

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